Visitar la Catedral de Sevilla entre semana es ideal para vivir una experiencia más tranquila, con menos viajeros y colas más cortas, sobre todo a primera hora de la mañana o a última de la tarde. Esto te permite explorar el enorme interior y subir a la torre de la Giralda sin muchas complicaciones. Los fines de semana, sin embargo, atraen a más visitantes, lo que crea un ambiente animado. Para evitar las multitudes, procura madrugar los fines de semana.
Visitar la Catedral de Sevilla durante las temporadas altas de marzo a mayo y de septiembre a octubre significa enfrentarse a mayores aglomeraciones y tiempos de espera más largos. Para evitar las horas de mayor afluencia, se recomienda llegar por la mañana temprano. Por otro lado, visitarlo durante las temporadas bajas de noviembre a febrero proporciona una experiencia más relajada, con menos viajeros y colas más cortas. Esto permite una visita más pausada y la oportunidad de apreciar plenamente la belleza de la catedral.